Demasiada publicidad y pocos autores...
Las figuras son más o menos conocidas y fáciles de encontrar por ahí, y los diagramas no todo lo claros que podrían ser; para colmo y, aunque tratan de utilizar figuras tradicionales sin derechos de autor, hay diseños de autores contemporáneos y no figura su nombre (por ejemplo, el reno es de Kitamura, y está copiado punto por punto). Esto es bastante irregular en el mundo del origami, donde lo respetuoso está a la orden del día. La app está hecha sin ninguna intención de educar, lo que es una ocasión perdida. La publicidad es muy intrusiva (a pantalla completa) y no muy intuitivo el proceso para salir de ella (máxime si está todo en inglés), así que no se la puedes dejar tranquilamente a un niño para que busque y pliegue figuras. Muy mejorable.